INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga,
fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en
cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la
levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se
puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera
se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó
muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se
levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo,
le dijeron: «Todo el mundo te busca.»
Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las
aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las
sinagogas y expulsando los demonios.
Celebramos el Miércoles de la Primera Semana del Tiempo Ordinario.
Muchas oportunidades tenemos a lo largo de la vida de ayudar a los demás. El darse a los demás y el vivir para los demás ennoblece a la persona, humaniza la sociedad y hace orientar el futuro por las sendas de la paz y la justicia, los dos aliados de la auténtica solidaridad.
En el Evangelio de este Miércoles de la Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 1,29-39).
La autoridad de Jesús sobre el mal y toda clase dolencia continúa en la casa de Simón y de Andrés curando a la suegra de Pedro, que "tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles". También, al atardecer, "le trajeron todos los enfermos y endemoniados", y curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios".
Pedimos a Dios especialmente que nos conceda crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Pedimos por los enfermos y cuidadores de enfermos. Amén.
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