INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
131En
aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya
sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 2Jesús
respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás
galileos porque han padecido todo esto? 3Os
digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. 4O
aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis
que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? 5Os
digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». 6Y
les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar
fruto en ella, y no lo encontró. 7Dijo
entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta
higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el
terreno?”. 8Pero
el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo
cavaré alrededor y le echaré estiércol, 9a
ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».
Celebramos el Sábado de la Vigésimo Novena Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de San Juan Pablo II.
Resuena en nuestro corazón estas palabras alentadoras de Jesucristo: “Acercaos a mí los que estáis rendidos y abrumados, que yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde” (Mt 11,28-29). Nunca pidas a Dios que te aparte la carga, sino que las puedas llevar con alegría y con gozo.
En el Evangelio de este Sábado de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 13,1-9).
Unos le cuentan a Jesús lo ocurrido a unos galileos cuya sangre vertió Pilato cono la de los sacrificios que ofrecían, y este dato le sirve a Jesús para transmitirles una enseñanza: Las desgracias no son la consecuencia inmediata de los pecados de las víctimas, sino una llamada a la conversión.
Lo mismo que siempre, Dios tiene todavía paciencia con cada uno de nosotros para dar frutos que siempre permanezcan, frutos de amor.
Pidamos a Dios que nos conceda levantarnos de nuestra mediocridad y nos fortalezca con la perseverancia y la confianza. Amén.
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