BRÚJULA EN EL DINAMISMO DE LA SALVACIÓN
EL CREO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO
PIDE LA SANACIÓN ESPIRITUAL AL SEÑOR
PARA TI Y PARA LOS TUYOS
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
9Al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. 10Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. 11Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». 12Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. 13Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».
Celebramos el Sábado de la Vigésimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario y la la Iglesia celebra la fiesta San Mateo Apóstol.
Mateo el Evangelista, es citado con los Evangelio como Leví, hijo de Alfeo, publicano y recaudador de impuestos en Cafarnaúm. La tradición cristiana le atribuye la autoría del evangelio de Mateo. Mateo es representado como un hombre alado, en alusión al tetramorfos del profeta Ezequiel (Ez 1,10; cf Ap 4,7).
En el Evangelio de este Sábado de la XXIV del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo. (Mt 9,9-13).
Jesús no excluye a nadie de su proyecto de salvación e invita a seguirle. En definitiva, no hay excluidos del Reino de Dios. La única condición es la fe, la adhesión a su persona sin condiciones.
Jesús escoge para ser discípulo a Leví, que pertenecía a los “recaudadores de impuestos”, un grupo detestado por los judíos. Y Leví responde incondicionalmente a la llamada.
Frente a aquellos que se escandalizan porque “come con publicanos y pecadores”, Jesús les recuerda, con un texto del profeta Oseas, que la misericordia es superior a cualquier sacrificio ritual y que también a los pecadores son llamados a seguirle.
Pidamos a Dios que nos de entrañas de misericordia hacia los demás como Jesús, el buen Pastor.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
23Subió Jesús a la
barca, y sus discípulos lo siguieron. 24En
esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las
olas; él dormía. 25Se
acercaron y lo despertaron gritándole: «¡Señor, sálvanos, que
perecemos!». 26Él
les dice: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». Se puso en pie, increpó
a los vientos y al mar y vino una gran calma. 27Los hombres se decían asombrados:
«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».
Celebramos el Martes de la Décima Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
Ábrete a la acción del Espíritu y serás una bendición para la humanidad. Llénate de su presencia y darás frutos que verdaderamente permanezcan.
En el Evangelio de este Martes de la Décimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 8,23-27).
Jesús sube a una barca con sus discípulos y se levantó una tempestad grande.
Los discípulos, llenos de miedo, suplican ayuda a Jesús, y Él increpa a los vientos y al mar, símbolos del mal, pierden su fuerza. Ante el poder de Jesús, las fuerzas del son vencidas y son derrotadas.
Recibe, Señor, nuestros miedos y transfórmalos en confianza. Recibe, Señor, nuestro sufrimiento y transfórmalo en crecimiento. Recibe, Señor, nuestro silencio y transfórmalo en adoración. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.