Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
54Fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga. La gente decía admirada: «¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? 55¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? 56¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?». 57Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta». 58Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.
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Celebramos el Viernes de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario.
Escribe en tu corazón el primer artículo de la declaración universal de los derechos humanos: “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y, dotados, como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
En el Evangelio de este Viernes de la XVII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 13,54-58).
Los habitantes de Nazaret quedan maravillados ante las enseñanzas de Jesús en la sinagoga; sin embargo, se escandalizan de él y no son capaces de reconocerlo como el Enviado y el Cristo. Y "no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe".
¡Oh, Señor, que seamos capaces de descubrir tu presencia en medio de nosotros y haz que te reconozcamos como el Señor de nuestra historia y la razón de nuestra existencia. Amén!
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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