INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en
Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se
quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino
con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que
tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús
Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un
grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este
enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le
obedecen.»
Su fama se extendió en seguida por todas partes,
alcanzando la comarca entera de Galilea.
Celebramos el Martes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario.
Cada encuentro con Jesucristo nos ilumina, nos renueva y, no pocas veces, nos desarma de nuestros prejuicios y complejos. Jesús se hace el encontradizo y se encuentra con la persona, siempre desde nuestra historia concreta, siempre desde nuestra vida.
El encuentro con el Nazareno, en la experiencia de muchos, ha hecho estallar en “mil pedazos” vidas encaminadas por “falsos caminos “y propuestas que no llevan más que a la frustración y al vacío.
En el Evangelio de este Martes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 1,21-28).
Jesús llega a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Todos quedaban asombrados de su doctrina, "porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas". Y, justo allí, en ese lugar santo y en sábado, cura a un "hombre poseído por un espíritu inmundo". Todos quedaron sorprendidos porque "manda a los espíritus inmundos y le obedecen".
Oremos por la Iglesia para que seamos evangelizadores al estilo de Jesús, el gran misionero.
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