INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a
proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el
reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y
a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré
pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo
en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Terminado el tiempo de la Navidad, comenzamos el Tiempo Ordinario.
Celebramos el Lunes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario.
El amor es el único capaz de redimir al hombre de su propia debilidad. Sin duda alguna, para que entre en tu corazón el amor hay que desterrar el odio, la envidia, el rencor y el desprecio.
En el Evangelio de este Lunes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 1,14-20).
Jesús comienza su vida pública después de ser Bautizado por Juan Bautista y haber tenido la experiencia del desierto. Y proclamaba la Buena Noticia de Dios: "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Noticia".
Bordeando el mar de Galilea, Jesús llama a los cuatro primeros discípulos: Simón, Andrés, Santiago y Juan. Ellos, al instante, dejando las redes le siguieron. No olvides que ser cristiano es seguir y encontrarse con una persona: Jesucristo. Es oír en nuestro interior: “Ven y sígueme”.
Señor Jesús: me pongo en camino. Quiero buscarte. Dame un corazón sencillo, unos pies ligeros, unos ojos abiertos para que mi marcha sólo se dirija a Ti. Amén.
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