INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
22Y pasaba por ciudades y aldeas
enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. 23Uno le preguntó: «Señor, ¿son
pocos los que se salvan?». Él les dijo: 24«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os
digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 25Cuando el amo de la casa se
levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta
diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”. 26Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. 27Pero él os dirá: “No sé de dónde
sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. 28Allí será el llanto y el
rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los
profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. 29Y vendrán de oriente y
occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de
Dios. 30Mirad: hay últimos que serán
primeros, y primeros que serán últimos».
Celebramos el Miércoles de la Vigésimo Novena Semana del Tiempo Ordinario.
La auténtica fe cristiana se debe fundamentar en la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, vivida y testimoniada por unos testigos válidos, que puedan dar soporte estructural a una continuidad legítima entre nosotros y el mismo Jesús.
En el Evangelio de este Miércoles de la XXX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 13,22-30).
Jesús atravesaba ciudades y pueblos enseñando, camino de Jerusalén. Y uno le pregunta si son muchos los que se salven. Y Jesús les invita a entrar por la puerta estrecha, y a esforzarse para que el Día final sean reconocidos, sabiendo que "Al Atardecer de la vida nos examinarán del amor".
Esa actitud vigilante debe de estar acompañada siempre de una actitud decidida por el servicio y la entrega. Además, la responsabilidad personal estará en proporción de los dones recibidos: “Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”.
Pidamos a Dios que nos conceda la capacidad de dar y de darnos. Amén.
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