Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
En aquel
tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas,
que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni
dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo
conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros,
guías ciegos, que decís: "Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro
del templo sí obliga!" ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo
que consagra el oro? O también: "Jurar por el altar no obliga, jurar por
la ofrenda que está en el altar sí obliga." ¡Ciegos! ¿Qué es más, la
ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también
por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el que
habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por
el que está sentado en él.»
Celebramos el Lunes de la Vigésimo Primera Semana del Tiempo Ordinario.
En la Exhortación apostólica “la Evangelización del mundo contemporáneo”, San Pablo VI afirmaba: “la ruptura entre evangelio y cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo…De ahí que hay que hacer todos los esfuerzos con vistas a una generosa evangelización de la cultura o, más exactamente, de las culturas”.
En el Evangelio de este Lunes de la XXI Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 23,13-22).
Jesús critica, casi agresivamente, a los escribas y fariseos que cierran a los hombres el Reino de Dios. No sólo no entran ellos sino que dejan entrar a otros.
Además critica la búsqueda de prosélito que se harán más perversos que ellos mismos, y la advertencia de no jurar por el templo ni por la ofrenda.
Duras advertencias y críticas que nos invita a pedir a Dios que no nos deje caer en la tentación.
Recibe, Señor, nuestros miedos y transfórmalos en confianza. Recibe, Señor, nuestro sufrimiento y transfórmalo en crecimiento. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).

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