Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
57A
Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. 58Se enteraron sus vecinos y parientes de
que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con
ella. 59A
los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como
su padre; 60pero
la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». 61Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes
se llama así». 62Entonces
preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. 63Él pidió una tablilla y escribió: «Juan
es su nombre». Y todos se quedaron maravillados. 64Inmediatamente se le soltó la boca y la
lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. 65Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se
comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. 66Y todos los que los oían reflexionaban
diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él. 80El niño crecía y se
fortalecía en el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su
manifestación a Israel.
Hoy la Iglesia la Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista.
Celebramos el nacimiento de San Juan Bautista. Hijo de Zacarías e Isabel, pariente de la Virgen María, es el precursor de Jesucristo.
En esta misión se entrega totalmente viviendo en penitencia y austeridad. Bautizó a Jesús en el Jordán. Es el último y más grande de los profetas del A.T. ya que es puente con en N.T. Fue mártir.
En el Evangelio de esta Solemnidad de Juan Bautista leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 1,57-66.80).
Juan Bautista, al que sus padres reconocieron desde el principio como “una gran misericordia de Dios para ellos y para el pueblo de Israel”, será un instrumento válido e inspirado para transmitir el perdón de Dios para con su pueblo, como su nombre indica, y la llegada del verdadero Salvador, de quien será su Precursor.
Supliquemos la acción del Espíritu Santo para que como Juan Bautista anunciemos a Jesucristo como el Salvador y lo vivamos en nuestra vida.
Aprendamos de Juan Bautista su humildad y su coherencia, viviendo intensamente la llamada permanente a la conversión.
Reconozcamos por medio de San Juan Bautista y, como su nombre indica, “la gran misericordia que Dios tiene con nosotros” .
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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