INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
61Cuidad
de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por
ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. 2Por tanto, cuando
hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas
en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os
digo que ya han recibido su recompensa. 3Tú, en cambio, cuando
hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4así tu limosna
quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 5Cuando oréis, no
seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y
en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo
que ya han recibido su recompensa. 6Tú,
en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre,
que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. . 16Cuando ayunéis, no
pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer
ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. 17Tú, en cambio, cuando
ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, 18para que tu ayuno lo
note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que
ve en lo escondido, te recompensará.
Celebramos el Miércoles de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario.
Necesitamos zonas de silencios interiores para encontrarnos con Dios y con nosotros mismos. ¡Hazte místico en medio de la calle, en tu trabajo y en tus afanes! ¡No huyas de ti mismo ni de Dios, porque entonces aparecerán grandes “fantasmas interiores” y te anclarás en la prisa, el ruido estéril y el temor!
En el Evangelio de este Miércoles de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 6,1-6.16-18).
Jesús afronta los tres pilares de la piedad judía, que toma muy en serio: la limosna, la oración y el ayuno. Y pide un modo de conducta sincero, “hacerlo en lo escondido, y tu Padre que ve en lo escondido, te recompensará”, en contraste con las actitudes de los escribas y fariseos, que hacían esas obras para ser vistos por la gente y ganarse su aplauso.
Pidamos a Dios el don de la limosna, del ayuno y de la oración. Pedimos por los cristianos perseguidos y por la unión de las Iglesias. Amén.
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