Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y
creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo
habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un
lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también
vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos
saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie
va al Padre sino por mí».
Celebramos el IV Viernes de Pascua. Y miramos en el Mes de Mayo, con especial interés y devoción, a la Virgen María.
Escribe en tu corazón el primer artículo de la declaración universal de los derechos humanos: “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y, dotados, como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
En el Evangelio de este IV Viernes de Pascua, Jesús y sus discípulos están en la última cena. Jesús dice una y otra vez “Tened confianza y amad”.
Jesús hace confidencias respecto a su relación con el Padre. Y les advierte a sus discípulos que no tiemble su corazón porque en la casa de su Padre hay muchas estancias, y volverá para que donde esté Jesús, estén también sus seguidores.
Jesús se revela a Tomás, y a los demás discípulos, como el camino, la verdad y la vida. Reconociendo que nadie va al Padre, sino por él (Jn 14,1-6).
Dirijámonos a la Virgen María para que interceda por nuestras familias y conocidos.
Dirijámonos a la Virgen María para que nos ayude a confiar y poner toda nuestra confianza en el Dios de nuestros padres, manifestado plenamente en Jesucristo. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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