INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
Cuando a
los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron
tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra.
Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo por el gentío,
levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y
descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al
paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados,
pensaban para sus adentros: «Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede
perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les
dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus
pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y
echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad
en la tierra para perdonar pecados...»
Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo:
Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y
salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios,
diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual.»
Celebramos el Viernes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario.
La fe es un acto libre y una opción que abarca todos los aspectos de nuestra existencia.
La fe no puede ser reducida a un conjunto de doctrinas o dogmas que hay que creer, no es el simple cumplimiento de unas normas morales, no es un refugio frente a los problemas que se presentan en la vida.
En el Evangelio de este Viernes de la Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 2,1-12).
La autoridad de Jesús sobre el mal y toda clase dolencia continúa.
Jesús estaba enseñando en Cafarnaúm y unos hombres traen a un hombre paralítico. Ante tanta multitud de gente, superan toda clase de obstáculo para ver a Jesús y le acercan, confiados en Él, al enfermo para que le cure. Y Jesús le concede el perdón, algo que escandaliza a los escribas y fariseos, porque el conceder el perdón de los pecados era un atributo solamente atribuido a Dios. Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a cumplir la voluntad de Dios y a ser verdaderos testigos de la fe en nuestros ambientes.
Pidamos que nos conceda la generosidad para dar y para darnos. Amén.
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