Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
14Cuando volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron
mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos. 15Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. 16Él les preguntó: «¿De qué discutís?». 17Uno de la gente le contestó: «Maestro, te he traído a mi
hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; 18y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos,
rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen
y no han sido capaces». 19Él, tomando la palabra, les dice: «¡Generación incrédula!
¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar?
Traédmelo». 20Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció
al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos. 21Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa
esto?». Contestó él: «Desde pequeño. 22Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para
acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos». 23Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». 24Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: «Creo, pero
ayuda mi falta de fe». 25Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo,
diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a
entrar en él». 26Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se
quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. 27Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso
en pie. 28Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?». 29Él les respondió: «Esta especie solo puede salir con oración».
Celebramos el Lunes de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario.
Haz de hoy el mejor día de tu vida y no desaproveches las oportunidades que te presenta Dios para hacer el bien. ¡Eso sí que es corresponder al amor de Dios y reconocer que “somos salvados”!
En el Evangelio de este lunes de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Marcos (Mc 9,14-29).
Jesús cura a un endemoniado epiléptico y les recuerda a los discípulos que el poder de Dios y las curaciones sólo se dan cuando hay verdadera fe. Y les recuerda que la oración tiene la fuerza de Dios y el poder de liberar de la fuerza del mal.
Oh, Señor, tú quieres que te sigamos con una entrega generosa, radical y santa. Ayúdanos a no dar nuestro corazón a nuestros bienes y a ser desprendidos ante tu llamada. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE