Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
27En cambio, a vosotros los que me escucháis os digo: amad a
vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, 28bendecid a los que os maldicen, orad por los que os
calumnian. 29Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te
quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. 30A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo
reclames. 31Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. 32Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También
los pecadores aman a los que los aman. 33Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito
tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué
mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención
de cobrárselo. 35Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y
prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del
Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. 36Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. 37No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados;
perdonad, y seréis perdonados; 38dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada,
remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a
vosotros».
Celebramos el Domingo de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario.
El amor es el único capaz de redimir al hombre de su propia debilidad. Sin duda alguna, para que entre en tu corazón el amor hay que desterrar el odio, la envidia, el rencor y el desprecio.
En el Evangelio de este Domingo de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 6,27-38).
Jesús nos enseña en qué consiste la nueva vida, fundamentada en la generosidad y en la gratuidad de Dios.
Los ideales del Evangelio son arduos y difíciles: amar a nuestros enemigos, hacer el bien a los que nos odian, bendecir a los que nos maldicen, oran por aquellos que nos injurian… Lo que el Señor quiere es que limpiemos el corazón de todo rencor, y cultivemos una serena mansedumbre tratando a los demás como quisiera que ellos nos trataran, al estilo de Jesús.
Estamos llamados a amar con un amor universal, sin fronteras ni preferencias de personas. Es como el de Jesús, un amor que no espera recompensas.
Pidamos especialmente por la diócesis de Córdoba. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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