INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
13Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a
sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». 14Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que
Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». 15Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 16Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el
Hijo del Dios vivo». 17Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de
Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre
que está en los cielos. 18Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 19Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la
tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en los cielos». 20Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él
era el Mesías. 21Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos
que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos,
sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al
tercer día. 22Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de
ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». 23Jesús se volvió y dijo a Pedro: «¡Ponte detrás de mí,
Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres,
no como Dios».
Celebramos el Jueves de la Décimo Octava Semana del Tiempo Ordinario.
El verdadero enemigo de la fe no es la duda sino la indiferencia.
Transmitir el legado de la fe a quien no tiene curiosidad por aprender es como sembrar en un campo sin arado. Y la fe necesita razones para vivir, para esperar, para confiar y para relacionarse con el entorno.
En el Evangelio de este Jueves de la XVIII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 16, 13-23).
Jesús pregunta a sus discípulos quién dice la gente que soy yo y quién decís vosotros que soy yo. Y Pedro habla en nombre de todos. Su fe es el fundamento de la comunidad que se va gestando.
Él será la piedra básica sobre la cual se edificará la Iglesia.
Pidamos a Dios que bendiga al Papa Francisco, sucesor de Pedro, Vicario de Cristo en la tierra, y por el florecimiento de las vocaciones sacerdotales y religiosas en la Iglesia. Amén.
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