INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
24Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban
allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. 25Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro,
¿cuándo has venido aquí?». 26Jesús les contestó: «En verdad, en verdad os digo: me buscáis
no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. 27Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento
que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este
lo ha sellado el Padre, Dios». 28Ellos le preguntaron: «Y ¿qué tenemos que hacer para realizar
las obras de Dios?». 29Respondió Jesús: «La obra de Dios es esta: que creáis en el
que él ha enviado». 30Le replicaron: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y
creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? 31Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está
escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». 32Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue
Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el
verdadero pan del cielo. 33Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al
mundo». 34Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». 35Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá
hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.
Celebramos el Domingo de la Décimo Octava Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de San Juan María Vianney, Patrón de los sacerdotes.
Deja que el Dios vivo se hospede en lo hondo de tu alma, allí donde los fantasmas dejaron su huella, y afloran de vez en cuando en lo profano. Deja que el misterio absoluto de lo caduco se haga evidencia en algún momento de tu vida.
En el Evangelio de este Domingo de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Juan (Jn 6, 24-35).
Jesús pronuncia el Discurso del Pan de Vida, frente a los judíos que le criticaban por presentarse como "el pan bajado del cielo".
Él se presentará como el único Mediador para acceder al Padre y les recuerda que todo el escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a Él.
Señor. Enséñanos a mirar al cielo. Enséñanos a gustar las cosas de arriba. Enséñanos a guardar tus palabras. Enséñanos anunciar tu mensaje. Enséñanos a purificar nuestro interior y a honrarte con nuestro corazón. Enséñanos a sentir tu presencia viva. Amén.
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