INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
171Así
habló Jesús y, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora,
glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti 2y, por el poder que
tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado. 3Esta es la vida
eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. 4Yo te he glorificado
sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. 5Y ahora, Padre,
glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes que el
mundo existiese. 6He
manifestado tu nombre a los que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y
tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. 7Ahora han conocido
que todo lo que me diste procede de ti, 8porque yo les he
comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han
conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. 9Te ruego por ellos;
no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos. 10Y todo lo mío es tuyo,
y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. 11Ya no voy a estar en
el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti.
Celebramos el VII Martes de Pascua. Decía Madre Teresa de Calcuta que “el fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz”.
En el Evangelio de este VII Martes de Pascua, Jesús comienza la llamada “oración sacerdotal” en la inminencia de la “hora”, el momento histórico salvífico hacia el que converge toda su vida, cuando será glorificado pasando por la pasión y la muerte en actitud de extrema obediencia filial al Padre (Jn 17,1-11a).
Jesús, lleno de entusiasmo, en el momento intenso de la cena última pascual, da su última enseñanza en forma de oración al Padre: ruega por la propia glorificación, por la custodia de los discípulos, pidiendo especialmente la unidad.
Oremos al Señor y le pedimos, por intercesión de María, que nos ayude a ser testimonio de amor en nuestros ambientes, y pedimos por todos los sacerdotes. Amén.
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