INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
8Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo
y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. 9De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
«Alegraos». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él. 10Jesús les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que
vayan a Galilea; allí me verán». 11Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia
fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. 12Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y
dieron a los soldados una fuerte suma, 13encargándoles: «Decid que sus discípulos fueron de noche y
robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. 14Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo
ganaremos y os sacaremos de apuros». 15Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las
instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
Celebramos el Lunes de la Octava de Pascua. La pascua es la fiesta principal y más antigua de los cristianos.
Es el corazón del año litúrgico. León I la llama la fiesta mayor (festum festorum), y dice que la Navidad se celebra en preparación para la Pascua (Sermón XVII en Exodum).
En el Evangelio de hoy en este Lunes de la Octava de Pascua Jesús resucitado se aparece a las mujeres y les llama a ser anunciadores del hecho. Hay que volver a Galilea y allí se manifestará a sus discípulos. (Mt 28,8-15).
Señor Jesús, concédenos la gracia de descubrirte en el camino de la vida, en la lectura de tu Palabra y en la celebración de la Eucaristía, donde te ofreces a nosotros como alimento cotidiano. Que siempre nos lleve a Ti, Señor, un deseo ardiente de encontrarte también en los hermanos.
Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su fortaleza interior para hacer frente a cualquier obstáculo. Que, a pesar de las dificultades, sepamos confiar y no nos dejemos vencer por la tristeza o el desaliento, que nuestro único móvil sea el amor. Amén.
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