INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
30Le replicaron: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y
creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? 31Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está
escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». 32Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue
Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el
verdadero pan del cielo. 33Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al
mundo». 34Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». 35Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá
hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás;
Celebramos el III Martes de Pascua . Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, nº 638: “Os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús” (Hch 13,32-33). La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la Cruz:...”
En el Evangelio de este III Martes de Pascua, continuamos leyendo el capítulo 6 de San Juan, el conocido "Discurso sobre el Pan de Vida".
Se inicia una polémica a propósito del discurso sobre el pan de vida. La gente piensa en un Mesías que debe repetir los prodigios del Éxodo haciendo caer del cielo el maná. Evocan a sus “padres”, mientras que Jesús está hablando del Padre (Jn 6,30-35).
¡Si, verdaderamente Jesús es el Pan de la vida, que sacia todas nuestras aspiraciones de felicidad y plenitud!
Señor mío, muéstrate con toda tu fuerza como hiciste con Pablo de Tarso, Agustín de Hipona, Francisco de Asís, Edith Stein... una nube ingente de testigos que vieron tu rostro y sus vidas cambiaron bruscamente. Amén.
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