Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
23Sucedió que un sábado atravesaba él un sembrado, y sus
discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas. 24Los
fariseos le preguntan: «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está
permitido?». 25Él les responde: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David,
cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, 26cómo
entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los
panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se
los dio también a quienes estaban con él?». 27Y les
decía: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; 28así que
el Hijo del hombre es señor también del sábado».
Celebramos el Martes de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario.
La fe es un acto libre y una opción que abarca todos los aspectos de nuestra existencia.
La fe no puede ser reducida a un conjunto de doctrinas o dogmas que hay que creer, no es el simple cumplimiento de unas normas morales, no es un refugio frente a los problemas que se presentan en la vida.
En el Evangelio de este Martes de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según Marcos (Mc 2,23-28).
Un sábado Jesús cruzaba por los sembrados y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas. Y los fariseos le advierten que no debe hacerse en sábado que no es lícito.
Jesús señala que la Ley debe estar al servicio del hombre, no viceversa: "El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. Así que el Hijo del hombre tiene autoridad también sobre el sábado".
Oh, Señor nuestro, Señor de cielo y tierra, compasivo y misericordioso, tú quieres que te sigamos con una entrega generosa, radical y santa. Ayúdanos a no dar nuestro corazón a nuestros bienes y a ser desprendidos ante tu llamada. ¡Oh, Señor, creemos pero auméntanos la fe!
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