Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
31Entró
otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano
paralizada. 2Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y
acusarlo. 3Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada:
«Levántate y ponte ahí en medio». 4Y a ellos les pregunta: «¿Qué está permitido en sábado?,
¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?».
Ellos callaban. 5Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de
su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». La extendió y su mano quedó
restablecida. 6En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los
herodianos para acabar con él.
Celebramos el Miércoles de la Primera Semana del Tiempo Ordinario.
La salvación es un regalo de Dios que no se consigue por méritos propios.
La salvación nos la ha merecido Jesús de Nazaret, muerto y resucitado.
Su vida, muerte y resurrección nos revela cuánto nos ama Dios.
En el Evangelio de este Miércoles de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según Marcos (Mc 3,1-6).
Jesús no hace caso del formalismo de los fariseos sobre la observancia del sábado y en la sinagoga cura a un hombre que tenía la mano paralizada. Y nos dice el Evangelio, que “estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle”.
Jesús, viendo su actitud poco compasiva, les dice: “¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?”. Y, ante su silencio, los mira con ira apenado por la dureza de su corazón, y cura al paralítico.
Esta actitud de Jesús los exaspera y “en cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle”.
Pedimos a Dios especialmente que nos conceda crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Pedimos por los enfermos y cuidadores de enfermos. Amén.
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