Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
36Luego dejó a la gente
y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Explícanos la
parábola de la cizaña en el campo». 37Él
les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38el campo es el mundo; la buena semilla
son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; 39el enemigo que la siembra es el diablo;
la cosecha es el final de los tiempos y los segadores los ángeles. 40Lo mismo que se arranca la cizaña y se
echa al fuego, así será al final de los tiempos: 41el Hijo del hombre enviará a sus ángeles
y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos los que obran
iniquidad, 42y
los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de
dientes. 43Entonces
los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos,
que oiga.
Celebramos el Martes de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario.
La vida cristiana, en el fondo, crecerá en su esencia si amamos, vivimos e imitamos a Jesús, anunciado y testimoniado en la Iglesia, proclamado y continuado en la historia y la realidad del mundo.
En el Evangelio de este Martes de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 13,36-43).
Jesús interpreta la parábola de la cizaña. La mala semilla, sembrada a traición por el enemigo, será arrancada sólo al final, juntamente con el grano, y cada cosa irá al sitio que se merece.
El juicio no será inmediato sino en el tiempo establecido. Ello es un signo de la paciencia de Dios, y una llamada a la constancia en medio de las dificultades.
Pidamos a Dios que nos conceda el don de la paciencia y de la esperanza en medio de nuestra vida diaria. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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