Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
26No les tengáis miedo,
porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido,
que no llegue a saberse. 27Lo
que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído,
pregonadlo desde la azotea. 28No
tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No;
temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. 29¿No se venden un par de gorriones por un
céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro
Padre. 30Pues
vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. 31Por eso, no tengáis miedo: valéis más
vosotros que muchos gorriones. 32A
quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante
mi Padre que está en los cielos. 33Y
si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está
en los cielos.
Hoy la Iglesia celebra el Domingo XII del Tiempo Ordinario.
Un ermitaño preguntó a un viejo: -Padre, ¿cuál es la causa que ayunando, rezando y haciendo más penitencia que tú, eres más santo que yo? –Respondió: -Porque amo más que tú (anécdota contada por San Juan de Ávila en uno de sus sermones).
En el Evangelio de este Domingo XII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 10, 26-33).
Jesús advierte a sus discípulos el riesgo de la misión y les indica que no tengan miedo para afrontar las dificultades del seguimiento, ni tan siquiera a la muerte.
Solamente la fe es la antítesis del miedo y es la que nos abre al mundo de la gracia.
La verdad se manifestará un día y ese día Jesús reconocerá a los suyos, aquellos que han tenido confianza y han dado testimonio de él en la vida.
Pidamos a Dios que desaparezca de nosotros todo tipo de miedo que atrofia la esperanza y nos cierra a la caridad. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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