Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
151Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es
el labrador. 2A
todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo
poda, para que dé más fruto. 3Vosotros
ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; 4permaneced en mí, y yo en vosotros. Como
el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo
soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da
fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. 6Al que no permanece en mí lo tiran
fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y
arden. 7Si
permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis,
y se realizará.
Celebramos el V Viernes de Pascua. La salvación es un regalo de Dios que no se consigue por méritos propios.
La salvación nos la ha merecido Jesús de Nazaret, muerto y resucitado. Su vida, muerte y resurrección nos revela cuánto nos ama Dios.
En el Evangelio de este V Viernes de Pascua leemos el Evangelio de San Juan (Jn 15,1-7).
Jesús utiliza la imagen de la viña para transmitir un mensaje de comunión y de unión. Vinculados a Dios por el amor, los apóstoles darán fruto. Serán los amigos de Jesús y llevarán a cabo la obra que les ha confiado, difundirán el amor entre todas las personas (Jn 15,1-8).
La imagen de la vid-viña es frecuente en el Antiguo Testamento: el pueblo elegido era la viña o plantación de Dios, pero la mayoría de las veces defraudó las esperanzas del Agricultor. Ahora todo cambia: la vida es Jesús, la fidelidad total, el que corresponde plenamente a la voluntad del Padre produciendo el vino excelente.
Oremos al Señor y le pedimos, por intercesión de María, que nos ayude a ser testimonio de amor en nuestros ambientes, y eliminemos toda atentado al amor en nuestra vida. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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