Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
21El
que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será
amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él». 22Le dijo Judas, no el Iscariote: «Señor,
¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?». 23Respondió Jesús y le dijo: «El que me
ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada
en él. 24El
que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía,
sino del Padre que me envió. 25Os
he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, 26pero el Paráclito, el Espíritu Santo,
que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya
recordando todo lo que os he dicho.
Celebramos el V Lunes de Pascua. La salvación es un regalo de Dios que no se consigue por méritos propios y nos la ha merecido Jesús de Nazaret, muerto y resucitado.
Su vida, muerte y resurrección nos revela cuánto nos ama Dios.
En el Evangelio de este V Lunes de Pascua, Jesús hace confidencias respecto a su relación con el Padre. Y les advierte a sus discípulos que todo aquel que acepta sus mandamientos y los guarda, ese me ama, al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él. Y promete que el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en su nombre, será quien les enseñe todo y os vaya recordando todo lo que ha dicho (Jn 14,21-26).
Dirijámonos a la Virgen María para que interceda por todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo, por todas las familias y por todos los jóvenes de nuestra sociedad. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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