Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
131Aquel
día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar. 2Y
acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y toda la
gente se quedó de pie en la orilla. 3Les
habló muchas cosas en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. 4Al
sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la
comieron. 5Otra
parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como la tierra no
era profunda brotó enseguida; 6pero
en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. 7Otra
cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron. 8Otra
cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra,
treinta. 9El
que tenga oídos, que oiga».
Celebramos el Miércoles de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario, y la Iglesia celebra la memoria de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María.
Una antigua tradición, que arranca del siglo II, atribuye los nombres de de la Virgen María.
El culto a santa Ana se introdujo ya en la Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X; el culto a san Joaquín es más reciente.
San Joaquín y Santa Ana fueron grandes a los ojos de Dios por su sencillez y humildad, por su gran fe y porque supieron esperar contra toda esperanza. Joaquín significa “preparación del Señor, trabajo y constancia”. Por su parte, Ana significa “amor y plegaria”.
En el Evangelio de este Miércoles XVI del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 13,1-9).
Jesús les habla a sus oyentes en parábolas y les anuncia la parábola del sembrador.
Se describen cuatro actitudes frente a la palabra del Reino de Dios: quien recibe la semilla sin comprenderla, sin interesarse por ella; el que recibe la semilla con alegría en el momento, pero luego sucumbe a la primera y fácilmente; quien se deja seducir por el propio interés y no para producir frutos a favor del Reino, y quien escucha, comprende, acoge y produce según sus propias capacidades.
Supliquemos a Dios que lo podamos amar con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos, y tengamos la actitud del que escucha la Palabra y la cumple. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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