Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
28Llegó
Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos. Desde los sepulcros dos
endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a
transitar por aquel camino. 29Y
le dijeron a gritos: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has
venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?». 30A cierta distancia, una gran piara de
cerdos estaba paciendo. 31Los
demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara». 32Jesús les dijo: «Id». Salieron y se
metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo al mar y
murieron en las aguas. 33Los
porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los
endemoniados. 34Entonces
el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se
marchara de su país.
Celebramos el Miércoles de la Décima Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
No olvides que hoy es una oportunidad que Dios te presenta para hacer el bien y que la omisión es uno de los males mayores que tu conciencia deberá soportar al paso de los años.
Descubre que una palabra oportuna, una sonrisa a tiempo, una rectificación fraterna y una vida cimentada en la justicia y la verdad, son los mayores dones para una vida satisfecha y la mejor ofrenda al Padre eterno.
En el Evangelio de este Miércoles de la Décima Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 8,20-34).
Ante el poder de Jesús, las fuerzas del mal se declaran vencidas y son derrotadas.
Hoy se nos propone orar para confiar en el Señor y para vencer el miedo y nuestras propias resistencias y dudas.
“Recibe, Señor, nuestros miedos y transfórmalos en confianza. Recibe, Señor, nuestro sufrimiento y transfórmalo en crecimiento. Recibe, Señor, nuestro silencio y transfórmalo en adoración. Recibe, Señor, nuestras crisis
y transfórmalas en madurez...Amén
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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