Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él,
exclamó: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es
aquel de quien yo dije: "Trás de mí viene un hombre que está por delante
de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a
bautizar con agua para que sea manifestado a Israel”. Y Juan dio testimonio
diciendo: «He contemplado el Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y
se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me
dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es
el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado
testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
Celebramos el II Viernes de Navidad.
Hoy la Iglesia celebra el Santo Nombre de Jesús. Comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el Siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al nombre de Jesús. Como fiesta litúrgica fue introducida en el siglo XVI, y en el año 1530 el Papa Clemente VII concedió por vez primera a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.
En el Evangelio de este II Viernes de Navidad leemos el Evangelio de San Juan (Jn 1,29-34).
Juan Bautista, al ver a Jesús, exclamó: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo...".
La figura del cordero hace referencia a la Pascua, (pasión, muerte y resurrección), el acontecimiento central de la redención.
Declarará que "ha visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma, y posarse sobre él (Jesús)...y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios".
Oramos
en este tiempo de Navidad al Niño de Belén y pedimos que bendiga a cada persona
que trabaja por la paz y por la justicia. Amén.
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