Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
17Pero
¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en
las sinagogas 18y
os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio
ante ellos y ante los gentiles. 19Cuando
os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en
aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, 20porque
no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre
hablará por vosotros. 21El
hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los
hijos contra sus padres y los matarán. 22Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que
persevere hasta el final, se salvará.
Para comprender la Navidad, especialmente toda la vida de Jesús, es necesario situarla en la dinámica del amor. El amor es el único camino que humaniza al hombre de ayer, hoy y mañana.
Celebramos hoy a San Esteban, el primer mártir de la Iglesia. Por defender a Jesús, fue arrastrado fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los que lo apedrearon dejaron sus vestidos junto a un joven llamado Saulo, el futuro San Pablo, que aprobaba la ejecución. Mientras lo apedreaban, Esteban decía: “Señor, recibe mi espíritu”, y diciendo “Señor, no les tengas en cuenta este pecado".
En el Evangelio de esta Fiesta de San Esteban Protomártir leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 10,17-22).
Jesús les recuerda a sus discípulos que no se asombren si son rechazados por los judíos y los paganos, e incluso si hay división entre las familias por su causa. Son consecuencias normales del anuncio del Reino y él mismo será rechazado. Ven Espíritu Santo, en este tiempo de Navidad, ilumina nuestro corazón, para ver tener las entrañas de compasión y misericordia que tenía Jesús.
Ven Espíritu Santo y derrame sobre nosotros el don de la compasión y la misericordia para ver las cosas con tus ojos compasivos y misericordiosos. Amén.
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