INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
46Y
llegan a Jericó. Y al salir él con sus discípulos y bastante gente, un mendigo
ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo
limosna. 47Al
oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten
compasión de mí». 48Muchos
lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten
compasión de mí». 49Jesús
se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate,
que te llama». 50Soltó
el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. 51Jesús le dijo: «¿Qué quieres que te
haga?». El ciego le contestó: «Rabbuní, que recobre la vista». 52Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha
salvado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Celebramos el jueves de la Octava Semana del Tiempo Ordinario. Vuélvete al corazón del Evangelio y a la esencia misma del amor de Dios.
En el Evangelio de este Jueves de la Octava Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Marcos (Mc 10,46-52).
El ciego Bartimeo grita a Jesús para ser sanado, mientras los discípulos le regañan para que no lo haga.
Sin embargo, la fe en Jesús como el Hijo de David, el sanador por excelencia, hace que su petición sea escuchada y recibirá la curación.
Bartimeo, en actitud de agradecimiento, lo sigue pro el camino.
Pedimos a Dios especialmente que nos conceda crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad. Pedimos por los enfermos y cuidadores de enfermos. Amén.
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