Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
28Un escriba que oyó la discusión, viendo lo acertado de la respuesta,
se acercó y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». 29Respondió
Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único
Señor: 30amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. 31El segundo
es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que
estos». 32El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón
cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; 33y que
amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar
al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y
sacrificios». 34Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No
estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Celebramos el Jueves de la Novena Semana del Tiempo Ordinario.
El mayor de nuestros sueños e ideales debe ser la solidaridad, “la determinación firme y perseverante de trabajar por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, porque todos somos responsables de todos” (Sollicitudo Rei Socialis, 38).
En el Evangelio de este Jueves de la Novena Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Marcos (Mc 12,28b-34).
Un escriba, que había escuchado la disputa de Jesús con los saduceos, le plantea una pregunta referida al cumplimiento de la ley de Dios en la vida cotidiana: ¿Cuál es el mandamiento principal de la Ley? Y Jesús responde uniendo el mandamiento del amor a Dios con todo el corazón y con toda el alma al amor al prójimo como a ti mismo.
Señor: Enséñanos a gustar las cosas de arriba. Enséñanos a guardar tus palabras. Enséñanos anunciar tu mensaje. Enséñanos a sentir tu presencia viva. Enséñanos a vivir el Padre Nuestro en nuestra vida cotidiana. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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