INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
27¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre; 28lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad. 29¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, 30diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! 31Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. 32¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!
Celebramos el Miércoles de la Vigésimo Primera Semana del Tiempo Ordinario.
Hoy la Iglesia celebra la memoria de uno de los más grandes santos de toda su historia y gran converso del siglo IV: San Agustín.
Resuena en nuestro corazón estas palabras alentadoras de Jesucristo: “Acercaos a mí los que estáis rendidos y abrumados, que yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde” (Mt 11,28-29).
En el Evangelio de este Miércoles de la XXI Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 23,27-32).
Jesús lanza grandes críticas contra los escribas y los fariseos, que asemejan a sepulcros blanqueados, que aparecen justos ante los hombres pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad.
También les acusa de la muerte de los profetas, a los que ahora levantan monumentos y los llaman justos.
Dios mío, ayúdanos a no ser hipócritas y a ser cada vez mejores en nuestra vida y en nuestras relaciones humanas. Dios mío, concédenos el don de la entrega y la confianza, siendo vidriera por donde pueda manifestarse la presencia de tu amor. Amén.
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