INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un
centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama
paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi
techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo
también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno:
"Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz
esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que
le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he
encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente
y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».
Celebramos el Lunes de la Primera Semana de Adviento.
Decía Benedicto XVI que "el Año litúrgico empieza con el Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el que se despierta en los corazones la espera de la vuelta de Cristo y la memoria de su primera venida, cuando se despojó de su gloria divina para asumir nuestra carne mortal (Benedicto XVI. Mensaje de Adviento 2011).
En el Evangelio del Lunes de la Primera Semana de Adviento leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 8,5-11). Un oficial pagano de las fuerzas de ocupación muestra con su actitud humilde que ha comprendido el poder de Jesús. Jesús, al alabar la fe de este hombre, critica indirectamente las miras poco universales de sus oyentes y la visión de un Mesianismo excluyente y político. Jesús nos recordará que “Vendrán muchos de Oriente y Occidente y ocuparán un lugar en el banquete del Reino”.
¡Oh, Jesús, que llevas a cumplimiento las visiones proféticas de la esperanza de Israel, manifestada por el profeta Isaías. Y nos manifiestas en toda tu existencia que el ideal de justicia y de amor de la “Jerusalén celeste” rompe toda exclusión hacia el otro y tiene un talante universal.
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