INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
39Comprended
que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le
dejaría abrir un boquete en casa. 40Lo
mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el
Hijo del hombre». 41Pedro
le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». 42Y
el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor
pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus
horas? 43Bienaventurado
aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. 44En
verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. 45Pero
si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza
a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, 46vendrá
el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo
castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son
fieles. 47El
criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de
acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; 48pero
el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. Al que
mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se
le pedirá.
Celebramos el Miércoles de la Vigésimo Novena Semana del Tiempo Ordinario.
No olvides que la dimensión religiosa constituye un elemento decisivo y fundamental del ser humano, y olvidarla tiene grandes consecuencias para la sociedad y para el hombre mismo.
En el Evangelio de este Miércoles de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 12,39-48).
Jesús nos invita de nuevo a la vigilancia con otras dos parábolas. Ayer la parábola era sobre el dueño y el empleado (Lc 12,36-38). Hoy, la primera parábola es sobre el dueño de la casa y el ladrón (Lc 12,39-40) y la otra habla del propietario y del administrador (Lc 12,41-47).
Esa actitud vigilante debe de estar acompañada siempre de una actitud decidida por el servicio y la entrega. Además, la responsabilidad personal estará en proporción de los dones recibidos: “Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”.
Pidamos especialmente a Dios que nos disponga a escuchar su Palabra. Amén.
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