Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
151Solían
acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. 2Y
los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y
come con ellos». 3Jesús
les dijo esta parábola: 4«¿Quién
de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y
nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? 5Y,
cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; 6y,
al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos
conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. 7Os
digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. 8O
¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara
y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? 9Y,
cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos
conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. 10Os
digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que
se convierta».
Celebramos el Domingo de la Vigésimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
Dios ha salido a nuestro encuentro y nos ama con criterios de compasión y misericordia, atrayéndonos desde Jesucristo con “correas de amor”.
En el Evangelio de este XXIV Domingo del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de san Lucas (Lc 15,1-32).
La conducta y la acogida de Jesús con los pecadores y publicanos de su tiempo provoca escándalo entre los fariseos y escribas, que se tenían como defensores de la pureza del Judaísmo.
Jesús quiere subrayar con su acogida hacia los pecadores y publicanos la misericordia divina. Lo hace con tres parábolas: la parábola de la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo pródigo.
Pidamos a Dios, por la intercesión de la Nuestra Señora de los Dolores, que nunca despreciemos a nadie por creernos superiores y más buenos que los demás. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
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