INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
9Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en
mi amor. 10Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo
mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 11Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y
vuestra alegría llegue a plenitud. 12Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. 13Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos. 14Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. 15Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace
su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os
lo he dado a conocer. 16No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os
he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto
permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. 17Esto os mando: que os améis unos a otros.
Celebramos el VI Domingo de Pascua.
Dice Casiano Floristán que “durante los siete domingos de Pascua, la liturgia celebra el mensaje pascual de la resurrección del Señor, la alegría de la Iglesia por la renacida esperanza, la vida nueva de los neófitos y la acción del Espíritu Santo en la comunidad cristiana”.
En el Evangelio de este VI Domingo de Pascua, Jesús utiliza la imagen de la viña para transmitir un mensaje de comunión y de unión. Y les recomienda que permanezcan en su amor.
Permanecer en el amor a Dios es permanecer en el mandamiento de Jesús, o sea, en el amor al prójimo. Si estamos unidos a Cristo daremos frutos de buenas obras: “El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante. Sin mí no podéis hacer nada”. (Jn 15,9-17).
Dirijámonos a la Virgen María para que nos ayude a ser mejores cristianos y a acercarnos mejor a su Hijo Jesús.
Pedimos, por
medio de ella, que nos contagie de su generosidad y entrega, servicio y
disponibilidad. Amén.
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