INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
5Jesús le contestó: «En verdad, en verdad te digo: el que no
nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es
espíritu. 7No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de
nuevo”; 8el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes
de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu». 9Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?». 10Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? 11En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y
damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. 12Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo
creeréis si os hablo de las cosas celestiales? 13Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. 14Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así
tiene que ser elevado el Hijo del hombre, 15para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Celebramos el II Martes de Pascua. A partir de la Resurrección se comprende todo el sentido de la historia del Antiguo y del Nuevo Testamento.
En el Evangelio de este II Martes de Pascua leemos el Evangelio de San Juan (Jn 3, 5a.7b-15).
Se nos presenta el diálogo de Jesús con Nicodemo, un fariseo de buena voluntad. Y Jesús le propone una radical transformación, obra del Espíritu Santo. Esta radical transformación la ofrece el Hijo, que conoce al Padre, que ha sido enviado como señal de amor.
Oramos al Espíritu Santo para que nos conceda sus siete dones y podamos crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad: “¡Oh Espíritu Santo!, humildemente te suplico que nos concedas el Don de la Sabiduría, el Don de Entendimiento, el Don de Consejo, el Don de Fortaleza , el Don de Ciencia, el Don de Piedad, y el Don de Temor de Dios. Amén”.
LIBROS DE FRANCISCO BAENA CALVO EN BUBOK
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE