Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
26Y decía: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa
semilla en la tierra. 27Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina
y va creciendo, sin que él sepa cómo. 28La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos,
luego la espiga, después el grano. 29Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha
llegado la siega». 30Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué
parábola usaremos? 31Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la
semilla más pequeña, 32pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás
hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a
su sombra». 33Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra,
acomodándose a su entender. 34Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo
explicaba todo en privado.
Celebramos el Viernes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario. También la Iglesia celebra la memoria de San Timoteo y San Tito, los principales discípulos de san Pablo.
No olvides que en Jesucristo, lo humano ha sido llevado a su plenitud y lo divino se ha hecho más humano. San Ireneo decía: “La gloria de Dios es que el hombre viva”. Dos caminos comunicados e inseparables: Ir a Dios por el hombre e ir al hombre por Dios.
En el Evangelio de este Viernes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según Marcos (Mc 4,26-34).
Lo nuclear y central de todo el mensaje de Jesús es el anuncio del Reino de Dios. Y lo hace con parábolas: el Reino de Dios se parece a la semilla que se siembra en el campo y crece por sí sola, y el grano de mostaza, que al comienzo es la más pequeña de las semillas que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace más alta que las demás hortalizas.
Señor nuestro y Dios nuestro ¡Queremos corresponder a tu Amor inmenso y eterno; queremos amarte con todo el corazón, con toda el alma, con todo el espíritu, con todas nuestras fuerzas. Amén. .
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