Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
31Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. 32La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». 33Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». 34Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».
Celebramos el Martes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario.
Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Ildefonso.
Nació en Toledo y estudió en Sevilla bajo la tutela de San Isidoro.
En el 657 fue elegido arzobispo de esa ciudad. Unificó la liturgia en España; escribió muchas obras importantes, particularmente sobre la Virgen María.
San Ildefonso tenía una profunda devoción a la Inmaculada Concepción XII siglos antes de que se proclamara dogmáticamente. Ella le favoreció con grandes milagros.
En el Evangelio de este Martes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según Marcos (Mc 3,31-35).
Jesús afirma que su verdadera familia es aquella que cumple la voluntad de Dios: “Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (cf. Mc 3,31-35).
Ciertamente María, la madre de Jesús, es la que mejor cumplió la voluntad de Dios en su vida, y a nosotros se nos invita a abrirnos de par en par a la acción de Dios en nosotros y en nuestros ambientes.
Oremos en esta Semana de Oración por la Unidad de los cristianos que el Espíritu Santo nos dé fuerza y sabiduría para que podamos superar la división con la reconciliación. Amén.
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