Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
39En
aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la
montaña, a una ciudad de Judá; 40entró
en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Aconteció
que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel de Espíritu Santo 42y,
levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto
de tu vientre! 43¿Quién
soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 44Pues,
en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi
vientre. 45Bienaventurada
la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Estamos cerca de la Navidad y continuamos la Feria Mayor que nos conduce directamente a la Navidad.
Para comprender la Navidad, especialmente toda la vida de Jesús, es necesario situarla en la dinámica del amor.
El amor es el único camino que humaniza al hombre de ayer, hoy y mañana. Sin el amor jamás la historia saldrá de los escondrijos del egoísmo y la envidia, la violencia y la desolación.
En el Evangelio de este Jueves de la Feria Mayor leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 1,39-45).
María, la jovencita de Nazaret, embarazada, movida por el Espíritu, quiere hacer sin tardanza una visita a Isabel, embarazada de Juan Bautista.
Este relato es significado. Juan Bautista, representante de la espiritualidad de Israel, antes incluso de nacer, salta de gozo ante María que trae en su seno al Mesías esperado.
Es un encuentro lleno de ternura y de misterio. Isabel dirá a María: ... Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá".
Dirijámonos a la Virgen María para que interceda por nosotros: ”Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, limpio, puro y transparente, como un manantial.
Oremos por la unidad de los cristianos y ejercitemos las obras de la misericordia. Amén.
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