Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
37Cuando
terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuese a comer con él. Él entró y se
puso a la mesa. 38Como
el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de
comer, 39el
Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato,
pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad. 40¡Necios!
El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? 41Con
todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio todo.
Celebramos el Martes de la Vigésimo Octava Semana del Tiempo Ordinario y la memoria de San Ignacio de Antioquía.
San Ignacio de Antioquía fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. Segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía.
Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona de su glorioso martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano.
En el Evangelio de este Martes de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 11,37-41).
Jesús reprocha a los fariseos la preocupación de los meros formalismos y apariencia engañosa, la preocupación de las cosas externas y descuidar las internas.
Recuerda que lo más valioso e importante es el interior de la persona: eso es lo que hay que depurar.
El camino para esta purificación y renovación pasa necesariamente por la limosna, un gesto de generosidad con los más necesitados.
El camino del compartir es lo que verdaderamente purifica y no lavarse las manos por un mero rito.
Supliquemos a Dios la gracia de que sea la razón y el sentido de toda nuestra existencia. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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