Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le
preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces
tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta
setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de los cielos a un
rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le
presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el
señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus
posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba
diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó
marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno
de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba
diciendo:
“Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba
diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel
hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron
consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor
lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la
perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu
compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos
hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial,
si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Celebramos hoy el Martes de la Tercera Semana de Cuaresma.
El Papa Francisco nos recuerda que “poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría”.
En el Evangelio de San Mateo en este Martes de la III Semana de Cuaresma recuerda cómo Jesús nos invita al perdón.
Jesús les recuerda a Pedro que hay que perdonar siete veces siete, es decir, siempre. Y les propone la parábola del siervo sin entrañas, llegando a la conclusión de que Dios perdonará a aquel que perdona de corazón a su hermano (cf. Mt 18,21-35).
En la parábola contrasta la actitud misericordiosa del rey y la dureza de corazón del siervo perdonado.
El rey representa al Padre que en su amor misericordioso perdona todas las nuestras ofensas.
Pidamos con insistencia el perdón, y tomemos conciencia cuando recemos en el Padre Nuestro. Amén.
ESPECIAL: CUARESMA 2023.
Seguro que esta lista de reproducción sobre la Cuaresma te ayudará vivirla con intensidad cristiana y con auténtico talante cristiano.
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