Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
14Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así
tiene que ser elevado el Hijo del hombre, 15para que
todo el que cree en él tenga vida eterna. 16Porque
tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17Porque Dios
no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se
salve por él. 18El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está
juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. 19Este es el
juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la
luz, porque sus obras eran malas. 20Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a
la luz, para no verse acusado por sus obras. 21En cambio,
el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están
hechas según Dios».
Celebramos el IV Domingo de Cuaresma.
El Papa Benedicto XVI, en el mensaje de la Cuaresma del 2012, nos recordaba que “la Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. La Cuaresma es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual·.
El Evangelio de San Juan en este IV Domingo de Cuaresma nos presenta el diálogo de Jesús con un fariseo de buena voluntad, Nicodemo (cf. Jn 3,14-21).
Jesús está conversando con Nicodemo, un sabio maestro de Israel. Y le hace ver que el Nuevo Testamento es superior al Antiguo.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Se nos ofrece al Hijo crucificado. La cruz es señal de paz y de perdón, de salvación y de amor, expresión del verdadero amor de Dios para con nosotros.
Pidamos a Dios que nos aumente la fe, la esperanza y la caridad en esta Cuaresma. Amén.
LISTA DE VÍDEOS ESPECIAL CUARESMA 2024
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