Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
33Escuchad
otra parábola: «Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una
cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores
y se marchó lejos. 34Llegado
el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los
frutos que le correspondían. 35Pero
los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a
otro lo apedrearon. 36Envió
de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo
mismo. 37Por
último, les mandó a su hijo diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo”. 38Pero
los labradores, al ver al hijo se dijeron: “Este es el heredero: venid, lo
matamos y nos quedamos con su herencia”. 39Y
agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. 40Cuando
vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?». 41Le
contestan: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a
otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo». 42Y
Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que
desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha
hecho, ha sido un milagro patente”? 43Por
eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo
que produzca sus frutos.
COMENTARIO:
Celebramos el Domingo de la Vigésimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario.
Decía el Papa San Pablo VI que “el hombre no se realiza a sí mismo si no es superándose”. Cierto es que la superación está depositada, como una tendencia direccional, en el propio centro de sus motivaciones, sentimientos, pensamientos, palabras y acciones, ya que, como bien argumentaba Pascal, “el hombre se supera a si mismo infinitamente porque siempre está en camino hacia la plenitud infinita”.
En el Evangelio del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario leemos el evangelio de San Mateo (Mt 21,33-43).
El evangelio de San Mateo usa la imagen de la viña para resaltar la relación de Dios con su pueblo.
La viña es la casa de Israel que Dios plantó y preparó para que diera frutos, frutos de amor y de justicia. Dios deseaba frutos de amor, pero encontró infidelidades y pecado. A pesar de todo, envío profetas e incluso a su propio Hijo. Y, en lugar de frutos de santidad, hemos dado hojas y ramas secas (pecado).
Supliquemos con intensidad y pasión que se haga en nosotros la voluntad del Padre celestial: “Oh, Señor, queremos cumplir siempre tu santa voluntad. Sabemos que para todas las cosas negativas que nos decimos... Tú tiene una respuesta positiva. Sabemos que cuando decimos: es imposible...Tú nos dices: “Todo es posible” (Lc 18,27) .
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