Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
121En
aquel tiempo atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían
hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. 2Los
fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa
que no está permitida en sábado». 3Les
replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron
hambre? 4Entró
en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les
estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino solo a los sacerdotes. 5¿Y
no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el
templo sin incurrir en culpa? 6Pues
os digo que aquí hay uno que es más que el templo. 7Si
comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no
condenaríais a los inocentes. 8Porque
el Hijo del hombre es señor del sábado».
Celebramos el Viernes de la Décimo Quinta Semana del Tiempo Ordinario.
Tu vida es única e irrepetible, valiosa a los ojos de Dios. Vuelve tus ojos a Él, entra y orienta tu existencia hacia Él. Él quiere una relación de amistad contigo y sólo en Él encontrarás la paz que buscabas.
En el Evangelio de este Viernes de la Décimo Quinta Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 12,1-8).
Los discípulos de Jesús arrancan espigas en sábado, acción prohibida.
Jesús contesta a los fariseos y defiende a los suyos con tres argumentos tomados de la Biblia. Jesús les recuerda que el precepto profético de la misericordia, que es la actitud de Jesús con los pecadores, está por encima de David y del templo.
Desde la confianza profunda en Dios, usemos esta preciosa oración para suplicar que se haga la voluntad de Dios en nosotros y en el mundo entero. Amén.
ESPECIAL: FIRMES Y SEGUROS EN JESUCRISTO.
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