Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
42Por tanto, estad en vela, porque
no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora
de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un
boquete en su casa. 44Por eso, estad también vosotros preparados, porque a
la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. 45¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga
de dar a la servidumbre la comida a sus horas? 46Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra
portándose así. 47En verdad os digo que le confiará la administración de todos
sus bienes. 48Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor
tarda en llegar”, 49y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los
borrachos, 50el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo 51y lo castigará con
rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes.
Celebramos el Jueves de la Vigésimo Primera Semana del Tiempo Ordinario y la Iglesia celebra la memoria de uno de los más grandes santos de toda su historia y gran converso del siglo IV: San Agustín.
Resuena en nuestro corazón estas palabras alentadoras de Jesucristo: “Acercaos a mí los que estáis rendidos y abrumados, que yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde” (Mt 11,28-29).
En el Evangelio de este Jueves de la XXI Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 24,42-51).
Jesús nos invita a estar siempre alerta para no ser sorprendidos cuando llegue la venida del Hijo del hombre.
Somos seres llamados a la eternidad y a la vida en Dios más allá de la muerte, y nuestro destino es la Vida con mayúsculas.
Reconociendo que Dios es nuestro único apoyo y refugio en la misión, supliquemos la esperanza como arma potente de nuestra vida espiritual. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).

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