INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
35Jesús
recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando
el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia. 36Al
ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y
abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor». 37Entonces
dice a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son
pocos; 38rogad, pues, al Señor de la mies que mande
trabajadores a su mies».
101Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para
expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia. 2Estos
son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y
Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; 3Felipe
y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; 4Simón
el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó. 5A estos doce
los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de paganos ni
entréis en las ciudades de Samaría, 6sino id a las ovejas
descarriadas de Israel. 7Id y proclamad que ha llegado el reino
de los cielos. 8Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos,
arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis.
Celebramos el Sábado de la Primera Semana de Adviento y la Iglesia celebra la memoria de San Ambrosio.
Adviento es un tiempo de hambre y sed de Dios; es un tiempo de conversión.
Los profetas continuamente nos recuerdan que salir al encuentro de Dios es salir al encuentro del prójimo y practicar la justicia, practicar el bien y hacer en cada momento lo que es justo. Adviento es tiempo de conversión y abrirnos, como María, a la presencia del Señor.
En el Evangelio de este Sábado de la Primera Semana de Adviento leemos el Evangelio de San Mateo (Mt 9,35-10,1-6).
Jesús ha dado comienzo a una obra que hay que continuar. Consiste fundamentalmente en reunir a los hombres orientándolos hacia Dios.
El anuncio de la Buena Noticia ha de transformar el mundo.
Los discípulos han de hacer ahora lo que Jesús hizo.
Vivamos la disponibilidad de María, y repitamos con San Ignacio de Loyola: “Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.
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