INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
8Al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La
suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. 39Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le
pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles. 40Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se
los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando. 41De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y
decían: «Tú eres el Hijo de Dios». Los increpaba y no les dejaba hablar, porque
sabían que él era el Mesías. 42Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La
gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para
que no se separara de ellos. 43Pero él les dijo: «Es necesario que proclame el reino de Dios
también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado». 44Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Celebramos el Miércoles de la Vigésimo Segunda Semana del Tiempo Ordinario.
Haz de hoy el mejor día de tu vida y no desaproveches las oportunidades que te presenta Dios para hacer el bien. ¡Eso sí que es corresponder al amor de Dios y reconocer que “somos salvados”!
En el Evangelio de este Miércoles de la XXII del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas.
Enseña en Cafarnaúm y cura a un endemoniado (Lc 4,38-44).
En Cafarnaúm, Jesús continúa actuando librando enfermedades y dolencias.
En la casa de Pedro, cura a su suegra y ella, “levantándose al momento”, se puso a servirles. Luego, esta acción curativa se extiende a otros muchos enfermos, que “poniéndoles las manos sobre cada uno de ellos, los curaba”…Y frente a aquellos que le buscan y “trataban de retenerle para que no les dejara”, les recuerda que “también otras ciudades tengo que anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios”.
Pidamos a Dios que nos conceda el don de amar a nuestros semejantes con todas nuestras fuerzas. Amén
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