INTRODUCCIÓN AL BLOG
Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).
181Les decía una parábola para enseñarles
que es necesario orar siempre, sin desfallecer. 2«Había un juez en una ciudad que ni
temía a Dios ni le importaban los hombres. 3En aquella ciudad había una viuda que
solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. 4Por algún tiempo se estuvo negando, pero
después se dijo a sí mismo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los
hombres, 5como esta viuda me está molestando, le
voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a
importunarme”». 6Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez
injusto; 7pues Dios, ¿no hará justicia a sus
elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? 8Os digo que les hará justicia sin
tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la
tierra?».
Hoy la Iglesia celebra el Domingo XXIX del Tiempo Ordinario.
Un ermitaño preguntó a un viejo: -Padre, ¿cuál es la causa que ayunando, rezando y haciendo más penitencia que tú, eres más santo que yo? –Respondió: -Porque amo más que tú (anécdota contada por San Juan de Ávila en uno de sus sermones).
En el Evangelio del Domingo XXIX del Tiempo Ordinario leemos el evangelio de San Lucas (Lc 18,1-8).
Jesús invita a sus discípulos a no desfallecer en la oración y estar convencidos de que Dios hará justicia a todas las causas perdidas. Y pone como ejemplo la actitud de una viuda de la ciudad que pide justicia al juez ante sus adversarios. La actitud paciente y perseverante de la viuda hizo que el juez le hiciera caso. Y la oración debe de hacerse con una fe profunda y renovada.
Supliquemos el don del Espíritu para vivir nuestra identidad misionera y que no desfallezcamos en la oración. Amén.
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