Evangelio del día + breve explicación en un minuto.
La Iglesia antes de ser evangelizadora y caritativa es escuchadora de la Palabra.
¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen como María de Nazaret! Gracias por tu visita. Si te ha gustado añade me gusta. Compártelo en las redes.
16Nadie que ha encendido una lámpara, la
tapa con una vasija o la mete debajo de la cama, sino que la pone en el
candelero para que los que entren vean la luz. 17Pues nada hay oculto que no llegue a
descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público. 18Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene
se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».
Celebramos el Lunes de la Vigésimo Quinta Semana del Tiempo Ordinario.
Cada ser humano es “un verdadero santuario de Dios” que aspira a un encuentro pleno con Él, revelado en la historia de Jesús como Amor, y que sólo conseguiremos la felicidad si nuestros esfuerzos y fatigas lleven el sello del amor.
En el Evangelio de este Lunes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 8,16-18).
Jesús compara la palabra y el mensaje evangélico con la luz, después de haberlo hecho con una semilla sembrada en distintos terrenos. Y nos sugiere cómo debe ser nuestro comportamiento como cristianos en nuestros ambientes, siendo “luz para los demás”.
Supliquemos
al Señor que nos conceda ser luz en medio de nuestros ambientes con nuestras
palabras y obras, siendo prolongación de Cristo en la historia. Amén.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS.
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, que ilumina la vida de cada hombre y mujer creyentes. Bien sabemos que «el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas…y la verdad profunda de Dios y de la salvación del hombre que transmite dicha revelación, resplandece en Cristo, mediador y plenitud de toda la revelación» (D.V. 2).

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